El tiempo es
un concepto que ha quitado el sueño a los hombres desde siempre. Vencerlo,
transgredirlo, violarlo y para ello entenderlo, ha sido y es un gran desafío.
El tiempo es un imperturbable, un obsecuente, un
caprichoso, tan nada inseguro como totalmente frágil y fugaz. Es
un dador de razones ancestrales y de pretéritos ciertos.
Arquitectos, en la creación de un después, futuro que nunca llegamos
a sentir táctil mente por completo, ni a respirar, ni a saborear.
Tiempo que
nos deja con las ganas de sí mismo, ya que al instante mismo de su creación, al
instante mismo del contacto, inclusive al intento de su imposible
visualización, se ha transformado en otro tiempo ya, y no en el que, mortales
como somos pretendíamos asir, palpar, hasta detener o reinventar, incluso
infantilmente fagocitar.
Tiempo ,
trozado en arbitrarias limitaciones , en 3 insignificantes ,
categorizaciones, pobres denominaciones, simples convenciones, más allá
de lo idiomático: (Past, Present and Future; Прошлое, настоящее и
будущее; الماضي والحاضر والمستقبل ; 過去,現在和未來; עבר, הווה ועתיד ; Trong quá khứ, hiện tại và tương
lai;de pasado, presente y futuro) convenciones que sin éxito
pretenden controlar, encarcelar y dominar (humanamente) lo indominable.
Tiempo cuya
iniciación fundacional está en el infinito ayer, que no
necesita ser sepia para adquirir ese mote, ya que al llegar está siendo,
al llegar ya fue.
En un supuesto
abstracto, el en que pudiéramos determinar un punto, que solo sería una mera
ecuación matemática, nada representable, por el actuar humano, sobre las tablas
más sabias de la inteligencia y de la vida. Ya ahí, en ese inicio (hipotético,
ya que de ser, negaría la cualidad de infinito del tiempo en su
matrimonio con el espacio) ahí naciendo, es uno muchos tiempos
viejos, es allí en ese punto, arbitrario, necesario para la experimentación,
que ya sería perimido pasado y su devenir no tiene tope ni axiomático final,
sino todo lo contrario su meta inexistente es el infinito mismo.
El, el
tiempo fluirá, firme y sin violencia arrasara toda manipulación, utilizando si
es preciso la racionalidad de la teoría, esgrimiendo la relatividad para ser
omnipotente y homologar así el difícil concepto (para nuestra mente
mortal) de lo eterno.
Parece
mentira, pero creo que cuando uno realiza ciertas conjeturas intentando
entender y acercarse al conocimiento, siento que más se da cuenta lo
lejos que esta, y es allí que nacen millones de interrogantes más…A veces me
pregunto si no sería mejor no preguntarse… y siempre me respondo lo
mismo. Una nueva pregunta.